martes, 4 de septiembre de 2012

¿Cómo comenzó esto?

¡Quedan 10 días para el gran viaje! Qué mejor momento para recapitular lo que finalmente nos llevó a estar tan cerca de esto.

Por ahí por septiembre del año pasado me entraron las ganas de estudiar afuera. No sé si realmente  lo que quería era conocer el mundo o probarme a mí misma que era capaz de hacerlo, pero le conté  mi idea al Martín y al principio no me creyó mucho. Resulta que soy de esas personas que se interesan en mil quinientas cosas al mismo tiempo, por lo que es difícil que llegue al final de alguno de mis muchísimos pasatiempos.

La cosa es que yo no estaba tomando esto como un pasatiempo cualquiera, porque cuando empecé a darme cuenta de toda la plata que tendría que desembolsar en los trámites me lo tomé en serio altiro.  Entonces, entre que el Martín no me creyera mucho y entre tantear el terreno sin cachar ni una, me lancé a la aventura.

Una noche fuimos a bailar salsa con la Lizzie, una amiga de Islas Mauricio (yo tampoco sabía dónde quedaba este paraíso), y nos pusimos a conversar largo y tendido sobre nuestros proyectos futuros. Le conté que tenía ganas de estudiar un magister en educación en el extranjero, pero que no sabía cómo postular o financiarlo. Y claro, la gringa sabía más que yo sobre el tema y me lanzó las Becas Chile y Becas Santander en la cara. Duh!

Lizzie y yo en Las Tejas.
¿Por qué estudiar en el Reino Unido? Honestamente, no tengo idea. Bueno, sí sé: a Estados Unidos no me iría a estudiar jamás, siento que están todos medios locos, en serio. Y me imagino que Australia debe ser como un veraneo/carrete constante... y tengo que esforzarme por no sucumbir al carrete. Así que Reino Unido. Y en el Reino Unido se vienen cuatro elecciones más: Inglaterra, Gales, Irlanda y Escocia.

En un momento como que me enamoré de una universidad galesa que nadie conoce. Tenía unos edificios hermosísimos y un ranking horrendo, así que tuve que descartarla. El acento escocés siempre me ha dado un poco de susto, y pensé que en Irlanda intentaría unirme al IRA. Así que Inglaterra.

La Lizzie me dijo que las universidades en Inglaterra le hacen chupete a los overseas, o sea nosotros, los estudiantes internacionales. La razón principal son los aranceles. Nosotros pagamos fácilmente tres o cuatro veces más que los estudiantes ingleses o estudiantes de países miembros de la Unión Europea. Siempre he pensando que es como si cruzar el mar nos cubriera de oro. ¡Ja! Por el sucio dinero que generamos, es bien difícil que rechacen nuestras postulaciones si tenemos como financiarnos.

Luego de esa conversación, sentí que finalmente sí era posible hacerlo, así que me puse de cabeza a buscar programas que me interesaran en universidades británicas. ¿Cómo lo hice? Averigüé los requisitos de postulación a Becas Chile, en los que pedían estar aceptado en una de las 150 mejores universidades del mundo de acuerdo al ranking que manejan ellos (basado en Arwu y Times Higher Education).

En este punto sólo restaba escoger las mejores universidades británicas dentro de las 150 mejores del mundo y ponerse a revisar los programas de educación uno por uno. Hay sitios que ofrecen ayuda especializada durante la postulación, como Study Across the Pond, en el que algunas universidades se afilian para que las promocionen con estudiantes internacionales. La ayuda es completamente gratuita y bastante buena, por lo que es recomendable hacer uso de la página al menos para disipar dudas.

Una vez que hubo un número limitado de programas de mi interés, comencé el proceso de postulación a las distintas universidades. Me interesaron programas en las universidades de Sussex, Leeds, Manchester, Sheffield y Birmingham, y todas pedían más o menos los mismos requisitos. Aquí comienza la paja molida de la postulación, proceso del que hablaré en otro post.

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