miércoles, 19 de septiembre de 2012

En Birmingham!

Hoy es nuestra primera mañana en Birmingham. Hay un sol resplandeciente y la ciudad se ve hermosa desde el piso 13 del edificio donde vive Carlos, quien nos alojará por un par de noches mientras encontramos casa.

Pero principiemos por el principio: la despedida y el viaje.

Última foto en Santiago.
La despedida fue terrible, al menos para mí. Creo que fue de las cosas más fuertes que he tenido que hacer en la vida, aunque suene mamón en extremo. Mi mamá, el tío Carlos, la Sandra y la Gabi me fueron a dejar y aunque no me vieron tan triste me fui llorando todo el camino desde antes de embarcar hasta que terminamos de pasar por Policía Internacional. Martín también estaba triste, pero se esforzaba más por consolarme que por llorar por extrañar a sus papás tan pronto.

Antes de embarcar nos encontramos con la Nadia y la Carla, otras becarias que van a Nottingham. Esperando para abordar llegó Marco, otro chileno que también va a Notthingham, quien nos saludó a todos, incluso a un chiquillo que no conocíamos. Después supimos que se llamaba Óscar y que también se iba por Becas Chile, pero a Francia ¡y por amor! Ahí armamos un lote de chilenos, al menos hasta que llegamos al aeropuerto París.

Cuando el avión despegó y dejó Santiago me puse a llorar de nuevo, porque sentía que ya no había vuelta atrás. Ya sabía de antemano que el vuelo sería agotador. Es que catorce horas de viaje desde Santiago a París (Charles de Gaulle) sonaban horribles y realmente lo fueron, principalmente porque no logré dormir más de hora y media, y a ratitos. Lo bueno es que habían buenas películas para no sufrir tanto y se las mandaron con el menú vegetariano para la cena y el desayuno, quedamos rodando.

En el avión.
Martín presentando la cena vegetariana.
Cena vegetariana en Air France: fideos con queso, zanahoria, pimentón rojo y zapallito italiano; ensalada de choclo, achicoria, palmitos, tomate y queso; futas: piña, manzana y frutillas; pan con semillitas; agua. Pedí vino (francés posom) pero no sale en la fotito.
Desayuno vegetariano: Ensalada (sí, ensalada al desayuno) de achicoria, tomate, queso fresco y pepino; brownie; frutas: naranja, piña y frutillas; jugo de naranjas; pancito con mantequilla y mermelada. Después sirvieron chocolate caliente... ñam!
Cuando llegamos a París nos separamos. Nadia y Carla se fueron rápido porque tenían que tomar el vuelo a Birmingham antes que el resto, Óscar tenía que hacer conexión a Toulouse y otro chileno que apareció de repente se iba a Beijing. Quedamos Marco, Martín y yo haciendo hora para Birmingham.

Nos habían metido tanto susto con que CDG era inmenso, así que preferimos ir directo al terminal desde donde tenía que salir el avión a Birmingham para no andar perdidos después. No era difícil ubicarse en el aeropuerto, pero de que era grande, era grande. Tuvimos que tomar algo parecido a un metro para llegar de un sector del aeropuerto a otro.

Con Marco, en el "metro" que nos llevó al terminal 2E.
En el "metro".
Quedamos impactados por lo grande del aeropuerto, no recuerdo haberme sentido tan huasa (o al menos no todavía). Fuimos a dar vueltas por los Duty Free del aeropuerto y a buscar algo barato para comer. Cerca de la puerta de embarque había un kioskito que miramos a huevo por lo chico. Nos devolvimos arriba, a un restaurant de lo más firulais, donde el agua mineral costaba tres lucas. Aprovechamos las mesitas y nos conectamos a internet aprovechando los míseros quince minutos de conexión que nos regala el aeropuerto Charles de Gaulle (gracias CDG... NOT! Cómo se cagan tanto con el wifi por Dioh!).


La durée
Dándonos cuenta de lo pahvres que somos, nos devolvimos al kioskito a ver qué había. Lo más barato y contundente fue un baguette con queso, baguette con chancho y dos aguas minerales: 12,30 euros (algo así como 7.570 pesos chilenos). Marco quedó impactado por el precio de las manzanas y plátanos machucados de un bol: 1,20 euros (800 pesos chilenos, coman fruta cabros, no sean malagradecidos con la mamá!).

De ahí, a hacer hora para abordar el avioncito de Flybe. La Lizzie no apareció, pero no me preocupé demasiado porque sabía dónde teníamos que juntarnos con Carlos en Birmingham. Con un aeropuerto tan grande la cosa no podía ser tan sencilla, así que para abordar el avioncito tuvimos que tomar una micro, así como una micrito alimentadora del Transantiago, pero limpia.

Igual que la G08v, pero en París.
Al avioncito de Flybe (Flyte en nuestros corazones!)
El vuelo París-Birmingham tomó como una hora. "Fiftyfaifminifs" dijo mi compañera de asiento, de dientes enormes, cuando le pregunté la duración del viaje.

En el vuelo me estaba quedando dormida, pero como buena huasita, me dediqué a sacar fotos e ir mirando todo el camino. Sirvieron líquidos  con unos vouchers que nos dieron por la espera (nunca supe de qué espera estaban hablando, pero aproveché). Tomé chocolate caliente del Starbucks y fui feliz otra vez. El Martín se quedó dormido raja, así que no tomó nada. Cuec!

En un momento del vuelo me paré para ir al baño, y al volver una azafata estaba bloqueando las anchas alamedas del pasillo del avión, así que me senté un rato con Marco. Blablabla chilensis y a puras chuchadas hasta que los pasajeros que iban atrás de nosotros nos preguntaron si nos quedaríamos en Birmingham. Chan, más chilenos! Y adivinen dónde iban... ¡sí, Nottingham otra vez! ¡Nadie quiere irse a Birmingham!

Al llegar al aeropuerto de Birmingham, pasamos por Policía Internacional para ingresar al Reino Unido sin problemas. Dejaron a Marco esperando un rato más, supuestamente para revisar sus documentos, pero finalmente no pasó nada y pudimos entrar todos al país sin complicaciones.


Nos separamos al salir del aeropuerto. Martín y yo quedamos solitos y tomamos el monorail para ir a la estación de tren Birmingham International. El monorail era como el "metro" que había dentro de Charles de Gaulle, así que no había que pagar ni nada.

En ese panel aparecen los horarios de salida a todas las estaciones. La puntualidad es imperativa. 
Llegamos a las 5, y en Birmingham International los trenes hacia Birmingham New Street salían a cada rato, así que decidimos comer algo antes de juntarnos con Carlos en Victoria Square. El olor de un Subway nos llamó y fue sublime comer ahí antes de llegar a Birmingham New Street.

Martincito pidiendo su sandwich de Subway. :)
Al salir de la estación en el centro de la ciudad nos tomó un rato encontrar Victoria Square. Cuando llegamos Carlos nos esperaba en la plaza. No alcanzamos a ver mucho porque estábamos muertos de cansancio, pero algo alcanzamos a ver de la ciudad y encontramos que se parecía harto a Valparaíso. Tiene hartas subidas y bajadas, edificios antiguos mezclados con nuevos, estatuas y placitas por todas partes.

Carlos vive con su polola Marcella en un departamento muy lindo en el centro. Marcella es inglesa, por lo que es rico escucharla hablar en su dulce español. Además es vegetariana también, así que me dio datos de dónde comprar hamburguesas, queso indio y otras comiditas nuevas. Los chicos se pasaron, nos ayudaron mucho durante estos días estando con ellos.

Carlos y Marcella en la cocina.
Y para rematar con la guinda de la torta, el clima estuvo bacancito hoy. Solcito que calentaba y brisa fría que nos recordaba donde estábamos. Habiéndonos tranquilizado después de los trámites iniciales y del hallazgo de casa (de los que les contaremos en otra entrada), podemos decir que estamos realmente felices de estar acá y de comenzar esta aventura juntos, así que no se asusten más por nosotros: ¡estamos felices!

6 comentarios:

  1. Me alegro que las cosas de a poquito se estén dando. A hacer patria, cabros!
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Lindos. un besito a cada uno. Me da miedo ...como que me dolió la guata pensar en perderme ahí .. y perder el avión. Que bueno que andan juntitos. Se agradece el ritmo y los chilenismos... del relato, no los pierdan. Los quiero !

    ResponderEliminar
  3. Feliz por Uds. guachos lindos. Sigan posteando que siempre es bueno.
    Un abrazo para ambos y ya saben, cualquier cosa, estamos para servirles.

    ResponderEliminar
  4. ay me alegro tanto nati, qué bueno que hayan llegado bien y que estén pasándolo flor <3 ahora estoy acá con la sandra y vamos a comer quequitos de limón :3 tomamos ponche y andamos happy xD te amamos!

    ResponderEliminar
  5. Me gusta la historia xD
    Suena emocionante y también me dolió la guata al pensar lo triste que debe ser despedirse y decir "no hay vuelta atrás", pero están disfrutando de una experiencia la-rajars así que aprovéchenla y pásenlo bien :D

    Abrazos!!!!

    ResponderEliminar
  6. Qué la raja la historia jijijij
    Lindos, pásenlo excelente, se les vienen días maravillosos!!!

    Un abrazo mega apretado!

    PollyLlam

    ResponderEliminar