domingo, 20 de enero de 2013

La primera nevada

Estábamos a punto de tomar el tren de Liverpool a Birmingham cuando empezó a nevar. Estábamos un poco decepcionados porque nos teníamos que ir y no podríamos ver las calles nevadas ni jugar con nieve. Afortunadamente, cuando nos bajamos en la estación Selly Oak en Birmingham, había estado nevando por varias horas. Fuimos al estacionamiento que hay en la estación y nos quedamos como cabros chicos viendo el espectáculo mientras todos los ingleses caminaban como si nada hubiese pasado. Nos quedamos harto rato sacando la lengua y viendo si nos caían de esos copos de nieve que salen en la tele.




Después empezamos a caminar hacia nuestra casa, parando a cada rato para tirarnos nieve (hacer bolas de nieve como corresponde es más difícil de lo que pensábamos). Llegamos a la casa para ver si continuaría cayendo nieve en los próximos días para llevarnos la desagradable sorpresa de que así no sería.

Después de varios meses acá, ya sabemos que no hay que creerle mucho al informe del tiempo. En la mañana puede haber un sol increíble y a la hora puede estar lloviendo como si fuera el fin del mundo. Unos días después, un jueves, fuimos a una fiesta y estaba empezando a nevar. Al otro día, nos despertamos con los gritos de nuestras compañeras de casa. Ellas decían que teníamos que hacer un mono de nieve, que había que ir al parque a tener una guerra y todo eso. Nosotros nos levantamos y vimos por nuestra ventana y había al menos treinta centímetros de nieve cubriendo las calles de nuestra barrio. Bajamos corriendo, salimos al patio de nuestra casa y vimos a Sonia y Paola jugando en la nieve. Nos cambiamos de ropa y salimos a jugar con ellas.

Haciendo angelitos de nieve.

Nieve!

Nati jugando con Sonia.

Nuestra escultura de nieve.

Tratamos de hacer un mono de nieve pero como todos venimos de climas cálidos, no teníamos idea de como hacerlo hace que lo dejamos a la mitad. Nosotros, como buenos chilenos, hicimos un poderoso miembro de nieve. En la tarde-noche, nos juntamos con un grupo de españoles y franceses y tuvimos otra guerra de nieve y con la Nati recorrimos el parque que estaba cerca de nuestra casa.

Un compañero del magíster puso en Facebook que uno nunca era lo suficientemente viejo como para no tener una pelea con nieve. Y creo que tiene harta razón. Ya va una semana desde que dejó de nevar y hemos tenido un sol bien poderoso todos los días. Quizás esa semana fue la primera y última nevada de nuestra estancia acá. Espero que no.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Un mes y medio!

Llevamos más de un mes acá y siento que se ha pasado volando.  Puede sonar extraño, pero hasta ahora no me ha costado mucho adaptarme, y más bien ha sido lo contrario. Todos los días conozco a alguien nuevo, de nombre impronunciable y procedencia cada vez más exótica que el desconocido del día anterior. La mayoría de la gente es muy amistosa y amable, y es fácil armar panoramas entretenidos de la nada.

Además del viaje a París no hemos ido a ningún otro lado aún. Tenemos ganas de ir a Londres pronto, pero tenemos que despejar algún fin de semana porque ¡oh, sorpresa, vinimos acá a estudiar!  Ya estamos con varios trabajos, así que mi tiempo se divide entre clases, biblioteca, reuniones con la Women's Association y carretes piolas. También soy miembro de la directiva de la Latin American Society, así que tendremos que comenzar a organizar fiestas y esas cosas.

El viernes en la noche celebramos el Día de Muertos con la sociedad mexicana así que estuvimos obligados a desplegar nuestro encanto latino.
Perreando hasta abajo. Miradas de envidia a los flexibles latinos everywhere! 

Hasta hace unos días estaba muriendo de resfrío, pero ya me estoy sintiendo mejor. Aunque de todas formas a estas alturas como que todos están un poco resfriados, tosiendo y todo eso.  Lo bueno es que ir al médico es un agrado. Uno llama el día antes para pedir hora y siempre he pillado hora disponible. Hasta tengo una "doctora de cabecera" que tiene mi historial, me pregunta cómo me he sentido y me dice dear (querida).

Usualmente la semana es como sigue (los comentarios en cursiva son de Martín).

Lunes:
Martín tiene clases de Introducción a la Neurociencia Computacional de las 9.00 a las 11.00 y  luego Fundamentos y Problemas Psicológicos de 12.00 a 13.00. "Es bien entretenida la primera clase, pero a veces yo siento que el profesor llega drogado. La clase de las 12 es super entretenida porque vemos cómo se está haciendo la ciencia de manera equivocada en psicología. Por ejemplo, unos locos hicieron siete estudios distintos en que trataban de demostrar que ser rico implicaba que tu teniai tendencia a actitudes poco éticas. Cuando presentaron los resultados, lo único que se pudo demostrar fue que los locos habían manipulado los resultados. Jajaja".
Yo me quedo flojeando y me levanto a  hacer el almuerzo como a las 11.00. Cuando llega Martín almorzamos juntos mientras vemos un capítulo de How I Met Your Mother (nos hicimos adictos a esa serie!).
En la tarde cada uno estudia/lee/ve películas/se junta con los compañeros a hacer trabajos.

Martes:
Yo tengo clases de 14.00 a 17.00, así que almorzamos temprano. Siempre tratamos de hacer almuerzo para dos días, así que lo normal es que el martes almorcemos lo mismo del lunes. Martín tenía clases de Habilidades y Métodos de Investigación de 15.00 a 17.00, pero ya no tendrá más de esas clases porque las siguientes son online. "Enferma de fome la clase, la da un profe guatón y chico que siempre se le ve la guata, es la única clase en la que tengo que ver a los británicos cuicos a los que les quiero saca la cresta". La clase siguiente de Martín es de 17.00 a 18.00, se llama Introducción a la Computación Neuronal y "la da un viejo que es seco, que sabe cuando tirar los chistes y la sala está llena. Debe ser uno de los ramos más difíciles que tengo porque hay mucha matemática y otras cosas que no entiendo".

Miércoles:
Yo tengo clases de 10.00 a 13.00 y hasta la semana pasada estaba yendo a unos talleres de técnicas de estudio en la facultad de educación que son de 14.00 a 15.30. Ahora comienzan unos que son de inglés académico en el mismo horario, así que creo que iré también. En la tarde voy a la reunión con la Women's Association de 17.00 a 19.00 y luego vuelvo a la casa. Cuando almuerzo en el campus como en Café Spice, que es un lugar que es lo más barato/parecido a comida casera que pueda pillar en la U, pero pica mucho para mi lengüita latina.
Martín no tiene clases el miércoles, pero va a defensa personal. "Soy el único hombre de la clase, siempre me toca entrenar con una china que le pone color con sus técnicas, aunque eso podría ser una percepción racista de parte mía porque es asiática... y uno siempre piensa que los asiáticos son artistas marciales por naturaleza. Además no habla inglés, entonces no se le puede explicar nada... ah, y es como tu compañera china que se cambia el nombre. Esta se llama Susan."

Jueves:
Yo tengo clases de Aproximaciones Críticas al Desarrollo de 13.00 a 14.00 y luego, semana por medio, tengo seminarios del mismo tema hasta como las 16.30. Esta es la clase que une educación con desarrollo, así que es bien interesante, aunque tengo que leer y estudiar mucho.
Martín tiene clases de Filosofía de la Mente semana por medio, de 13.00 a 15.00: "Otra de las clases más difíciles que tengo. No sé qué decir del profe".  Luego vienen las clases de boxeo de 15.00 a 16.00: "El profesor es el mismo negro que hace las clases de defensa personal, es pal pico esa clase porque uno queda cansado, cansado pero de verdad, pero es entretenido ponerse guantes y pegarle al punching bag y aprender nuevas cosas. Debe ser una de las clases que mas me gustan". La clase de las 17.00 a 18.00 es la misma del martes.

Viernes:
Sólo Martín tiene clases los viernes. El ramo es el Laboratorio de Programación del ramo del lunes, de 13.00 a 15.00. "Es difícil esa clase pero es super entretenida porque hay que pensar de forma distinta, pero hasta ahora da resultado. Los niños de pregrado son unos llorones, porque siempre reclaman que los ejercicios son muy difíciles".

Finalmente, Martín quisiera agregar que mis compañeros le caen mejor que sus compañeros, porque sus compañeros son británicos cuicos y lo hacen notar, mientras que mis compañeros que también deben ser cuicos se comportan distinto.

Martín feliz entre mis compañeras de curso.

lunes, 1 de octubre de 2012

Stratford-upon-Avon

El paseo a Stratford-upon-Avon lo organizó la PGMSA, que es algo así como la "Asociación de Estudiantes Maduros y de Postgrado" de la universidad. Me da risa la traducción de mature como maduro, pero no se me ocurre otra.

En fin. Nos juntamos a las 10 afuera de la Guild of Students para tomar el bus que nos llevaría a Stratford. Compramos unos sanguchitos y unos yogures para llevar al paseo, porque no sabríamos cuánto costaría un almuerzo allá. Sí, así de huasitos somos.
En el bus!
El viaje tomó entre treinta y cuarenta minutos. Fue la primera vez que me subía a un bus que andaba por el lado izquierdo de la calle, así que igual sentía que andaba contra el tránsito.  En el bus nos dieron un mapa de las locaciones turísticas, así que cuando llegamos al terminal de buses cada uno escogió dónde quería ir.

Haciendo un resumen cortito, Stratford-upon-Avon es famoso porque ahí nació y murió Shakespeare. Nosotros visitamos la casa natal conocida simplemente como Shakespeare's Birthplace;  Hall's Croft, donde vivía su hija Susannah Shakespeare con su esposo John Hall; y Nash's House and New Place, donde están los restos de la casa donde Shakespeare vivió sus últimos años.

Fue sepultado en la iglesia Holy Trinity, a la que no pudimos entrar porque estaban celebrando un matrimonio ese día. Cuec!

De todas formas, lo bueno es que la entrada que pagas por los lugares que vas a visitar dura un año, así que tenemos una vuelta pendiente. Sobretodo porque pagamos por ver las cinco casas y sólo alcanzamos a ver tres. Nos queda ver Anne Hathaway's Cottage, que era la casa de la que sería esposa de Shakespeare; y Mary Arden's Farm, que era la granja de la mamá de Shakespeare. De más que en el camino nos topamos con la casa del tío de Shakespeare, del hermano del vecino de Shakespeare, del sobrino de Shakespeare, del cuñado de Shakespeare...


Entrada al Shakespeare Centre y a la casa natal de Shakespeare. 

Martín en Shakespeare's Birthplace.

Yo en Shakespeare's Birthplace.

Martín con los actores del Shakespeare's Birthplace. ¡Presentaron la escena del balcón de Romeo y Julieta! 

Yo con los actores del Shakespeare's Birthplace.

The Garrick Inn, el bar más antiguo de Stratford. Dice "haciendo feliz a la gente desde 1594". 

The Garrick Inn.

Nash's House and New Place.

Jardines en Nash's House and New Place.

Nash's House and New Place.

Nash's House and New Place.

Iglesia Holy Trinity

Royal Shakespeare Theatre

The Courtyard Theatre.

Actor fuera del Royal Shakespeare Theatre.
Puestito en el mercado de comida de Stratford-upon-Avon.

Río Avon.

Paisaje de Stratford-upon-Avon.

Con Mona, una nueva amiga alemana, terminando de "almorzar" en un parquecito. 

sábado, 29 de septiembre de 2012

La primera semana

Uf! Ya llevamos semana y media viviendo acá y realmente siento que los días volaron.
Desde que llegamos, todos los días ha habido algo importante que hacer. Creo que hoy ha sido el primer día en que no hemos tenido que ir a algún lugar a dejar / buscar algún documento, a hablar con alguien, a escuchar a alguien o a alguna inducción.

Recapitulemos rapidito:

Miércoles 19: Carlos nos llevó a dar una vuelta rápida por el centro para comprar un celular baratito y luego fuimos a conocer la U. Ese mismo día nos matriculamos, nos dieron las tarjetas de identificación de la U y hasta almorzamos gratis gracias a una sociedad cristiana! Y con el correr de la semana aprenderíamos que los almuerzos británicos básicamente consisten en sánguches, jugo y papas fritas de bolsa.

Durante el almuerzo gratis conocimos a Juan, Diana y Laura, unos españoles que vienen a estudiar por Erasmus. Con ellos fuimos a recorrer la feria de opciones deportivas que ofrece la Universidad, y hasta nos llevamos unas poleras gratis!

Con el celular nuevo en mano, llamamos al Deb, un tipo que tenía un dato de casa para compartir. Nos pusimos de acuerdo para juntarnos y parece que tuvimos harta suerte, porque nos reservaron la pieza más grande de la casa y el arriendo sale muy barato, comparado con otras casas del sector. Nuestra casa queda en Hubert Road, en el barrio de Selly Oak, que es el barrio de los estudiantes que van a la Universidad de Birmingham.  Quedamos de acuerdo en arrendarla y en irnos a vivir ahí al día siguiente.

Nuestra casa en Selly Oak.

Nos devolvimos a la U para conocerla un poquito más y luego nos juntamos con el Carlos para irnos a su casa en el centro. Vueltitas por el centro para conocerlo más, a comer algo y a dormir!

City Centre


Jueves 20: El jueves nos levantamos temprano para llevar nuestras cosas a la casa nueva. Carlos nos ayudó con las maletas y hasta nos pasó un plumón que les sobraba en la casa, así que fue una cosa menos por comprar para la pieza nueva. Nos dimos cuenta que vivimos como a 5 minutos caminando desde la estación Selly Oak, así que no podíamos estar mejor ubicados.
Primer día viviendo oficialmente en Selly Oak! Nótese que estaba lloviendo, para variar. 
En la tarde Martín se fue a una inducción en su facultad y yo me fui a recorrer la feria de sociedades. Para los británicos (y creo que para los europeos en general) es muy importante hacer actividades extracurriculares y voluntariados. Además de la feria deportiva del miércoles, se hizo una feria gigante con decenas de stands de cosas extra por hacer, además de otra exclusivamente para voluntariado. Dejé mi e-mail para varias sociedades, como la Conservation Volunteers, que ayudan a mantener áreas verdes en la universidad y en zonas aledañas; o la Women's Association, que discute temas de género y feminismo. Hay otras, como la Education Society que tienen mucho más que ver con lo que uno estudia... y así.

Pasamos a comprar unas cosas a Aldi, que es el supermercado más barato del barrio.  Están Aldi, Tesco y Sainsbury, que podría comparar con Santa Isabel, Líder y Jumbo, respectivamente, aunque es Sainsbury el que tiene convenio con Walmart, pero también es el que trae los productos importados y le da más color con los precios.
Primera compra en Aldi. Menos de 5 pounds, así que la hicimos de oro, como dice Martín. 
Al llegar a la casa conocimos a Jason, nuestro compañero de casa que viene de Londres.  Esa fue la primera noche que pasamos en la casa nueva. Un poco de ruido de carrete, pero nada terrible.

Nuestra pieza.
Viernes 21: Martín tuvo que irse a una inducción en la mañana y yo me fui a recorrer la segunda parte de la feria de sociedades. A la hora de almuerzo nos encontramos con Diana, Juan y Laura en la Guild of Students (que es como el centro de alumnos) y comimos sánguches del Subway. Al fin pude hablar por Skype con la familia, eso me dejó más tranquila.

Diana y Juan en la Guild of Students.
El fin de semana lo dejaré aparte, porque el sábado fuimos a Stratford-upon-Avon y el domingo visitamos los jardines de Winterbourne... y eso merece una entrada entera.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

En Birmingham!

Hoy es nuestra primera mañana en Birmingham. Hay un sol resplandeciente y la ciudad se ve hermosa desde el piso 13 del edificio donde vive Carlos, quien nos alojará por un par de noches mientras encontramos casa.

Pero principiemos por el principio: la despedida y el viaje.

Última foto en Santiago.
La despedida fue terrible, al menos para mí. Creo que fue de las cosas más fuertes que he tenido que hacer en la vida, aunque suene mamón en extremo. Mi mamá, el tío Carlos, la Sandra y la Gabi me fueron a dejar y aunque no me vieron tan triste me fui llorando todo el camino desde antes de embarcar hasta que terminamos de pasar por Policía Internacional. Martín también estaba triste, pero se esforzaba más por consolarme que por llorar por extrañar a sus papás tan pronto.

Antes de embarcar nos encontramos con la Nadia y la Carla, otras becarias que van a Nottingham. Esperando para abordar llegó Marco, otro chileno que también va a Notthingham, quien nos saludó a todos, incluso a un chiquillo que no conocíamos. Después supimos que se llamaba Óscar y que también se iba por Becas Chile, pero a Francia ¡y por amor! Ahí armamos un lote de chilenos, al menos hasta que llegamos al aeropuerto París.

Cuando el avión despegó y dejó Santiago me puse a llorar de nuevo, porque sentía que ya no había vuelta atrás. Ya sabía de antemano que el vuelo sería agotador. Es que catorce horas de viaje desde Santiago a París (Charles de Gaulle) sonaban horribles y realmente lo fueron, principalmente porque no logré dormir más de hora y media, y a ratitos. Lo bueno es que habían buenas películas para no sufrir tanto y se las mandaron con el menú vegetariano para la cena y el desayuno, quedamos rodando.

En el avión.
Martín presentando la cena vegetariana.
Cena vegetariana en Air France: fideos con queso, zanahoria, pimentón rojo y zapallito italiano; ensalada de choclo, achicoria, palmitos, tomate y queso; futas: piña, manzana y frutillas; pan con semillitas; agua. Pedí vino (francés posom) pero no sale en la fotito.
Desayuno vegetariano: Ensalada (sí, ensalada al desayuno) de achicoria, tomate, queso fresco y pepino; brownie; frutas: naranja, piña y frutillas; jugo de naranjas; pancito con mantequilla y mermelada. Después sirvieron chocolate caliente... ñam!
Cuando llegamos a París nos separamos. Nadia y Carla se fueron rápido porque tenían que tomar el vuelo a Birmingham antes que el resto, Óscar tenía que hacer conexión a Toulouse y otro chileno que apareció de repente se iba a Beijing. Quedamos Marco, Martín y yo haciendo hora para Birmingham.

Nos habían metido tanto susto con que CDG era inmenso, así que preferimos ir directo al terminal desde donde tenía que salir el avión a Birmingham para no andar perdidos después. No era difícil ubicarse en el aeropuerto, pero de que era grande, era grande. Tuvimos que tomar algo parecido a un metro para llegar de un sector del aeropuerto a otro.

Con Marco, en el "metro" que nos llevó al terminal 2E.
En el "metro".
Quedamos impactados por lo grande del aeropuerto, no recuerdo haberme sentido tan huasa (o al menos no todavía). Fuimos a dar vueltas por los Duty Free del aeropuerto y a buscar algo barato para comer. Cerca de la puerta de embarque había un kioskito que miramos a huevo por lo chico. Nos devolvimos arriba, a un restaurant de lo más firulais, donde el agua mineral costaba tres lucas. Aprovechamos las mesitas y nos conectamos a internet aprovechando los míseros quince minutos de conexión que nos regala el aeropuerto Charles de Gaulle (gracias CDG... NOT! Cómo se cagan tanto con el wifi por Dioh!).


La durée
Dándonos cuenta de lo pahvres que somos, nos devolvimos al kioskito a ver qué había. Lo más barato y contundente fue un baguette con queso, baguette con chancho y dos aguas minerales: 12,30 euros (algo así como 7.570 pesos chilenos). Marco quedó impactado por el precio de las manzanas y plátanos machucados de un bol: 1,20 euros (800 pesos chilenos, coman fruta cabros, no sean malagradecidos con la mamá!).

De ahí, a hacer hora para abordar el avioncito de Flybe. La Lizzie no apareció, pero no me preocupé demasiado porque sabía dónde teníamos que juntarnos con Carlos en Birmingham. Con un aeropuerto tan grande la cosa no podía ser tan sencilla, así que para abordar el avioncito tuvimos que tomar una micro, así como una micrito alimentadora del Transantiago, pero limpia.

Igual que la G08v, pero en París.
Al avioncito de Flybe (Flyte en nuestros corazones!)
El vuelo París-Birmingham tomó como una hora. "Fiftyfaifminifs" dijo mi compañera de asiento, de dientes enormes, cuando le pregunté la duración del viaje.

En el vuelo me estaba quedando dormida, pero como buena huasita, me dediqué a sacar fotos e ir mirando todo el camino. Sirvieron líquidos  con unos vouchers que nos dieron por la espera (nunca supe de qué espera estaban hablando, pero aproveché). Tomé chocolate caliente del Starbucks y fui feliz otra vez. El Martín se quedó dormido raja, así que no tomó nada. Cuec!

En un momento del vuelo me paré para ir al baño, y al volver una azafata estaba bloqueando las anchas alamedas del pasillo del avión, así que me senté un rato con Marco. Blablabla chilensis y a puras chuchadas hasta que los pasajeros que iban atrás de nosotros nos preguntaron si nos quedaríamos en Birmingham. Chan, más chilenos! Y adivinen dónde iban... ¡sí, Nottingham otra vez! ¡Nadie quiere irse a Birmingham!

Al llegar al aeropuerto de Birmingham, pasamos por Policía Internacional para ingresar al Reino Unido sin problemas. Dejaron a Marco esperando un rato más, supuestamente para revisar sus documentos, pero finalmente no pasó nada y pudimos entrar todos al país sin complicaciones.


Nos separamos al salir del aeropuerto. Martín y yo quedamos solitos y tomamos el monorail para ir a la estación de tren Birmingham International. El monorail era como el "metro" que había dentro de Charles de Gaulle, así que no había que pagar ni nada.

En ese panel aparecen los horarios de salida a todas las estaciones. La puntualidad es imperativa. 
Llegamos a las 5, y en Birmingham International los trenes hacia Birmingham New Street salían a cada rato, así que decidimos comer algo antes de juntarnos con Carlos en Victoria Square. El olor de un Subway nos llamó y fue sublime comer ahí antes de llegar a Birmingham New Street.

Martincito pidiendo su sandwich de Subway. :)
Al salir de la estación en el centro de la ciudad nos tomó un rato encontrar Victoria Square. Cuando llegamos Carlos nos esperaba en la plaza. No alcanzamos a ver mucho porque estábamos muertos de cansancio, pero algo alcanzamos a ver de la ciudad y encontramos que se parecía harto a Valparaíso. Tiene hartas subidas y bajadas, edificios antiguos mezclados con nuevos, estatuas y placitas por todas partes.

Carlos vive con su polola Marcella en un departamento muy lindo en el centro. Marcella es inglesa, por lo que es rico escucharla hablar en su dulce español. Además es vegetariana también, así que me dio datos de dónde comprar hamburguesas, queso indio y otras comiditas nuevas. Los chicos se pasaron, nos ayudaron mucho durante estos días estando con ellos.

Carlos y Marcella en la cocina.
Y para rematar con la guinda de la torta, el clima estuvo bacancito hoy. Solcito que calentaba y brisa fría que nos recordaba donde estábamos. Habiéndonos tranquilizado después de los trámites iniciales y del hallazgo de casa (de los que les contaremos en otra entrada), podemos decir que estamos realmente felices de estar acá y de comenzar esta aventura juntos, así que no se asusten más por nosotros: ¡estamos felices!

viernes, 14 de septiembre de 2012

A tres días de partir...

Quedan tres días para partir y siento como si estuviera en un limbo constante. Toda la semana hemos estado ocupados, sin tiempo para relajarnos de verdad entre los trámites pendientes, las despedidas y las compras a última hora como buenos chilenos.

Hoy alcancé a terminar de llenar la maleta chica, mañana lleno la grande. Hay que hacer espacio para zapatos, frazadas de polar y encargos de amigos varios.  Hugo, de Manchester, pidió un cargamento de ketoprofeno de 600 mg. porque dice que los analgésicos de allá no le hacen ni cosquillas; o la Lizzie, que ahora está en París, que pidió que le lleváramos un poncho como regalo de matrimonio.  También hay encargos de amigos futuros, como Carlos, un hermano en Bello que nos hospedará un par de días, quien nos pidió que le lleváramos una botella de pisco, un tarro de machas y un billete de la Polla Chilena de Beneficencia porque sus amigos españoles no creen que pueda existir una institución llamada así en Chile.

Recibí la hermosa noticia de que cuando lleguemos a París nos estará esperando la Lizzie... ¡para irse con nosotros en el avión a Birmingham! No podía creerlo cuando me escribió diciendo que iría con nosotros. Dijo que quería que estuviera todo bien, dejarnos instalados en nuestro futuro hogar y asegurarse de que no nos hicieran lesos con contratos de cualquier tipo. ¡Los ángeles me rodean!

Las despedidas me han dejado un poco tristona de todas formas.  De alguna forma me hace feliz despedirme de mis amigos sabiendo que todos están disfrutando del comienzo de la adultez: trabajando en buenos lugares, ganando buenos sueldos, comprándose sus cositas y carreteando como siempre. Me deja tranquila saber que todo seguirá tan familiar como siempre y que puedo estar orgullosa de los rumbos que van tomando nuestras vidas.  Las despedidas han estado alegres y concurridas, ¡y nos vamos hasta con regalos! Lógicamente el abrazo que más me va a doler va a ser el abrazo final a mi familia, pero tengo fe en que el año pasará volando y que podré recompensar el tiempo perdido con creces.

Cuando volvamos el Tomi ya va a estar caminando y hablando leseras, la Gabi va a estar estudiando en la U o en el preu, la Tote estará planeando su regreso a las pistas de la educación superior, mis papás seguirán trabajando en lo que les gusta y mis tatas seguirán riéndose tanto como hasta ahora.  Esperemos que se acuerden de darles comida al Caupo y a los gatitos, y de tirar los restos de verduras a la compostera en mi ausencia.

A continuación... ¡fotitos de las despedidas!

Con MacKenzie, Lauren, Cori y Sara, compañeritas de trabajo.
Bellos hijos de Bello en bloque.
Cena thai (?) con MacKenzie y King!

Chau Fran y Kako!
Raptándome a la Verito de la pega!
Despidiéndome de la Caro en las grandes Alamedas!